Siguiendo el contenido expuesto en el último post sobre las ventajas que aportan la aplicación de metodologías de usabilidad.
Nos centraremos en la aplicación de la metodología del Diseño Centrado en el Usuario o User-Centered Design. Esta metología se caracteriza por asumir que todo el proceso de diseño y desarrollo del sitio web debe estar conducido por el usuario, sus necesidades, características y objetivos.
El Diseño Web Centrado en el Usuario se divide en varias fases o etapas:
1. Planificación
Es una etapa en la que se identifican los objetivos del sitio, así como las necesidades, requerimientos y objetivos de la audiencia potencial.
Principalmente se basa en la recogida, análisis y ordenación de toda la información posible, con el objetivo de tener una base sólida sobre la que poder tomar decisiones de diseño en las siguientes etapas del proceso.
2. Diseño
Es el momento del proceso de desarrollo para la toma de decisiones acerca de cómo diseñar o rediseñar, así como a los problemas de usabilidad descubiertos en etapas de prototipado y evaluación.
3. Prototipado
En esta etapa se elaboran los modelos de la interfaz del sitio. Su aspecto no se corresponde exactamente con el que tendrá el sitio una vez finalizado, pero pueden servir para evaluar la usabilidad del sitio sin necesidad de esperar a su implementación.
4. Evaluación
Es la etapa más importante del proceso de Diseño Centrado en el Usuario se puede realizar a través de varios métodos o técnicas.
Entre estos métodos se encuentra el método por inspección: evaluación heurística, se basa en el recorrido y análisis del sitio identificando errores y problemas de diseño.
5. Implementación y lanzamiento
En esta etapa del desarrollo se lleva a cabo, un control de calidad de la implementación, supervisando que todo funcione y responda a cómo había sido planificado, ya que la usabilidad del sitio depende directamente de la funcionalidad. Si algo no funciona, sencillamente no se puede usar.
6. Mantenimiento y seguimiento
Un portal no es un entorno estático, sino que cambia en contenidos, audiencia, necesidades y por lo tanto requiere de continuos rediseños y mejoras.
En general, cuanto más conozcamos a nuestra audiencia, más adaptado será el diseño y más satisfactoria la experiencia del usuario final.